domingo, 23 de agosto de 2009

Yo tengo mucho para dar, claro que si. Si quiero puedo hacer feliz a las personas. Si quiero puedo hacer feliz a mi pareja. A mis padres. A mis hermanos. A mis amigos. De hecho, creo que lo hago... por lo menos lo intento un ratito todos los días.
Pero no todo es felicidad. NO. He llegado a la conclusión de que necesito alguien que me ponga los puntos. ¿Eh?. Soy (excesivamente) emocional, caprichosa, consentida. No sé lo que quiero, pero lo quiero YA. Y si no adivinás qué quiero y cómo lo quiero me pongo triste, me enojo y lloro. Unos dos minutos después me olvido y vuelvo a estar perfectamente bien. Claro, hasta que quiera algo de nuevo y de nuevo no vuelvas a adivinarlo.
Estoy exagerando un poco bastante, pero la idea es exactamente esa. No lo digo. Intento no demostrarlo. Pero mi cara a veces me delata. ¡Hasta soy capaz de hacer puchero! (sin darme cuenta, y en cuanto lo noto, me pongo roja y cambio el gesto).
Siempre fui asi. Quizás el ser la única nena, o por ser la preferida de mi abuela. Si quería algo y no me lo daban, pataleaba. O ni siquiera, no me hacia falta: si quería algo me lo daban y punto.
En el colegio, asi me vaya horrible, era la preferida de los profesores. Y no era de esas que buscaban quedar bien o que se iban al carajo chupando las medias. NO. ¡No me hacia falta tampoco!.
Entonces... a pesar de no vivirla, conozco la realidad y sé lo que me espera. Pero tengo que estar preparada para afrontarlo.
Necesito a alguien que me diga: DEJATE DE JODER, NO TODO ES COMO VOS QUERÉS.
Eso mismo, pero quizás con un poco más de amor y tacto.
Es un paso el hecho de reconocerlo, pero necesito que otro reaccione y, fundamentalmente, QUE ME TENGA PACIENCIA.

Y mi abuela se fue por 6 meses,
ya la extraño,
pero debo reconocer que ese viaje va a ser de mucha ayuda.

0 comentarios:

 
Template by suckmylolly.com