Iba a ponerme a estudiar a las 23.00. Vinieron Tomi y Nano y cantamos. Se fue Nano. Se quedó Tomi y cantamos "Summer nights". Me habló mi ya-no-algo (le tengo que cambiar el nombre algún día). Se fue Tomi. Me puse a hablar con ya-no-algo y dije "oh si! es viernes, está conectado, qué bueno!". Quería decirle que juguemos, que no tenia chocolate, pero que juguemos igual. Me dijo que se iba. Me quise hacer la molesta y me duro aproximadamente 7 segundos. Puse esa cara de nena caprichosa que pongo generalmente, pero en realidad estaba ¿desilusionada? (no, esa no es la palabra). Y me dije, "me quedaba para hablar con él. Se fue. Por ende, me voy a estudiar finalmente". Se me ocurrió abrir gmail para comprobar que no haya nada... HABIA, créanme que había. ¿Y ahora? Ahora me debato entre mis dos deberes: la escuela o la facultad. No acepto opiniones, gracias. Si estudio ahora, mañana voy a tener que hacer eso apurada y preocupada. Si no estudio, voy a tener que hacerlo mañana, apurada y preocupada también. En fin, yo sigo acá, mirando el pen drive con el Power Point y el escritorio con los apuntes. Estoy ansiosa por la fiesta de mañana. Sigo pensando en mi ya-no-algo. Tengo ganas de café. Tengo ganas de chocolate. Tengo ganas de tener ganas (eh?). ¿Y saben qué? Lo bancaría, enserio lo bancaría... creo que eso debería preocuparme.

PERO AHORA ME VOY A PREOCUPAR POR EL BENDITO POWER POINT Y LA CONDENADA POLÍTICA.

Mamá, Felipe, los extraño mucho (si, dije "mamá")